Hace un par de meses me preguntaron, de cara a 2050 entre otras preguntas, si veía posible una guerra en Europa y dije que sí. Hace unas semanas, me volvieron a repetir las mismas preguntas para ver si había cambiado mi perspectiva, entre ellas otra vez si veía posible una guerra dentro de Europa. Mi respuesta volvió a ser «sí». Aun así, dentro de mí, no veía que fuese a ocurrir tan pronto ni de una manera tan inhumana.

Con la invasión rusa al territorio ucraniano nos damos cuenta cómo de una mañana a otra puede cambiar la vida de millones de personas. Pero nuestra miopía europea no nos deja ver más allá del viejo continente. Las fronteras marcadas geopoliticamente nos permite darnos el lujo de apoyar a nuestros vecinos ucranianos en está grave invasión y dejar de lado a las millones de personas que están sufriendo esto a diario más allá de Europa. Porque sí, hoy en día, aunque no ocupe las portadas de los periódicos ni los titulares de los telediarios hay muchas más guerras en el mundo.

¿Por qué nos centramos solo en Europa? ¿Creemos que los conflictos armados que están fuera de estas fronteras no nos pueden llegar? O ¿puede que nuestro racismo y clasismo institucionalizado es quien se toma esa licencia? No olvidemos que todas las personas deben tener nuestra misma atención y no solo por estar más cerca darles prioridad.

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